UNA GENERACIÓN, UN SENTIMIENTO, UN LLAMADO…
Vaya que es rápido el tiempo y corta la vida, en vísperas del fin de año y entre cafeterías solas y pasillos adornados solo por el eco que la soledad impone, recibimos alegres las noticias del hundimiento de la reforma a la ley 30, miramos con ilusión, con aquella ilusión que hace mucho no se observaba, que soñar no ha sido relegado al pasado, que todavía son los sueños aquellos que tiran de la gente para echarla a andar, si bien el hundimiento de la reforma no significa más que un retroceso estratégico del gobierno, quien avista los primeros pasos de una generación que se dispone hacer temblar el futuro comenzando desde el presente, su significado en los movimientos populares es más grande, demarca la posibilidad de un futuro alternativo, claro hay que repensarnos muchas cosas, pero le muestra a los mineros que pueden lograr que la explotación y el despojo de sus territorios sucumba, al desplazado que su clamor de dignidad puede ser calmado en la elocuencia de una marcha, a la madre de familia que el futuro de sus hijos puede cambiar de una pistola a un diploma, le muestra a los colombianos que si no callamos, los que por tanto tiempo nos han robado están obligados a respetarnos, este mensaje parece reproducirse, en la televisión anuncian, como en una novela el despertar de la nación, municipios enteros cansados de la corrupción que se erigen y dicen basta a la humillación de ver sus futuros convertidos en votos, ciudadanos cansados de una policía que los golpea de frente, que levantan su cara y los detienen de manera elocuente, entre asonadas en el nordeste antioqueño y levantamientos cívicos en Bogotá, el inicio del segundo decenio del siglo XXI tiene aires de indignación y cansancio, de indignación con un gobierno que tras todas estas aun no nos representa, cansancio de una guerra que mata nuestro futuro, pero también de esperanza y compromiso, esperanza de un futuro alternativo, donde el poder no venga impuesto desde el estado, sino que surja desde las comunidades que se organizan para buscar soluciones a sus problemas, y compromiso de construir esa democracia popular que ansiamos, la única que le pueda dar una solución política al conflicto que por tanto tiempo a azotado nuestras estirpes, nosotros estamos cansados de crecer entre muertos, de ir a un hospital y que no nos atiendan, de que los policías nos maltraten, de votar por politiqueros que prometen el cielo, hemos decidido asumir el destino en nuestras manos, nosotros no el Movimiento 8 y 9 de junio, sino nosotros, el cambio generacional, porque una nación con democracia, soberanía, paz y justicia social no se hace de la nada, se construye de la mano de las comunidades, en sus territorios y bajo sus costumbres, porque Colombia es de todos vamos todos por ella.
Son los sueños todavía,
los que tiran de la gente
como un imán que los une cada día
no se trata de molinos,
no se trata de quijotes
algo se templa en el alma de los hombres
una virtud que se eleva por encima de los
títulos y nombres
Por un gobierno de nación, en democracia, soberanía, con paz y justicia social
Estudiantes a crear y consolidar…EL PODER POPULAR!!!
Movimiento 8 y 9 de junio
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